¿Cómo desarrollar nuestras capacidades intuitivas para que puedan guiarnos a través del camino espiritual?

Nuestras facultades intuitivas son mucho más poderosas de lo que creemos, pero, al haber sido educados en una sociedad en la que no se valoran, la mayor parte del tiempo las ignoramos. La sociedad actual sólo valora lo que perciben nuestros sentidos, aquello que se puede ver y tocar, y nuestra capacidad de pensar. Pero, por supuesto, la intuición va más allá; es un sexto sentido que forma parte de nosotros, que está en nuestro interior.

El ser humano, al evolucionar desde el reino animal y adquirir la facultad de pensar, adquiere también la intuición, que es de hecho, el equivalente al instinto en los animales.

¿Cómo distinguir entre pensamientos intuitivos y otros que no lo son?

Lo que distingue a la intuición de los demás pensamientos es que la intuición es un pensamiento guiado por nuestro ser superior. Los pensamientos intuitivos provienen directamente de la mente supraconsciente, y, sin pasar por el subconsciente, se manifiestan espontáneamente en el plano consciente.

La mejor forma de conectar con nuestra intuición es meditar con regularidad

En un primer momento, cuando aprendemos a meditar, es difícil distinguir entre qué es una intuición y qué un simple pensamiento porque de hecho la intuición se presenta en forma de pensamiento. Pero, al meditar con regularidad profundizamos en nuestro interior de forma natural atravesando la mente consciente y la mente subconsciente, hasta llegar a  la supraconsciente.  Allí es donde reside la intuición. En el momento en que alcanzamos esos rangos superiores de pensamiento asociados a la intuición, los pensamientos menos elevados disminuyen, la mente se calma cesando su constante parloteo, y podemos observar  de manera objetiva lo que está sucediendo en ella.

 ¿Cómo estimulamos nuestra intuición?

Escuchando lo que sucede en nuestro interior. Si tienes una intuición, otórgale poder, confía en ella. De esta manera estás fortaleciéndola, la sustentas  y le permites adquirir una mayor solidez. Se trata de confiar en esos pensamientos silenciosos, ese tipo de pensamientos que salen de la nada. No es algo en lo que estás pensando sino algo que simplemente aparece. Y puede aparecer de muchas maneras: en forma de pensamiento, de visualización, o en forma de sensación sin pensamiento alguno que la sustente, como un presentimiento.

Si creemos que algo es una intuición, aunque no estemos seguros, hemos de seguirla. De este modo y aunque nos equivoquemos, aumentamos la posibilidad de que existan intuiciones en nuestra mente, y al hacerlo, atraemos cada vez más pensamientos intuitivos. Mientras que si tenemos  intuiciones y  dudamos, las estamos negando. Seguir una intuición es ponernos a la acción sin dudar y sin mirar atrás.

En el momento en que sigamos esa intuición y estemos en lo correcto, todo el proceso se fortalecerá, y esto nos permitirá distinguir con mayor facilidad entre la intuición, que es un pensamiento neutral, y el resto de pensamientos que muchas veces no son más que parloteo de nuestra mente.

Lo que hemos de hacer, por tanto, es seguir esos pensamientos intuitivos y poner acción en ellos. Con el tiempo, y a medida que ese proceso continúe, tendremos directamente intuiciones y ya no nos plantearemos si lo son o no, sencillamente las sentiremos y las seguiremos, convirtiéndonos así en personas intuitivas para quienes las intuiciones surgirán de forma espontánea.

Desarrollamos la intuición nos volvemos más creativos

Además, cuando desarrollamos la intuición nos volvemos más creativos. La mente individual forma parte de la mente universal, y uno de sus atributos es la creatividad. Esta creatividad es expresada por la mente a través de la intuición, porque de hecho la creatividad es intuición, y lo percibimos en muchas áreas de nuestra vida, no es necesario ser músico o artista para ello, por ejemplo en la forma en que resolvemos nuestras dificultades diarias o en la forma en que tomamos las decisiones, que será mucho más rápida, casi inmediata. Es, por tanto, muy útil para nuestra vida cotidiana.

La intuición es la fuerza divina hablándonos, es la manifestación de esa energía en nuestra vida. La mayoría de nosotros somos muy intuitivos pero no nos damos cuenta de ello. Hemos de permitirnos intuir. Así, todo el conocimiento espontáneo que tenemos en nuestro interior brotará, y cuando nos planteemos una pregunta la respuesta llegará automáticamente, vendrá de nuestro interior.

Nuestra mente es universal

Nuestra mente es universal, aunque nos veamos pequeños e insignificantes nuestra mente tiene la inmensidad del universo dentro de ella y el conocimiento universal es nuestro derecho propio, sólo tenemos que sintonizarnos para permitir que emerja a la superficie y poderlo usar en nuestra vida diaria.

………Rajesh Ananda

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