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Avatar Gururaj Ananda Yogi – nuestro Maestro Espiritual

Avatar – Gururaj Ananda Yogi Biografía

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Gururaj Ananda Yogi es uno de los maestros espirituales más importantes del siglo XX. En la siguiente biografía se describen su vida y su trayectoria profesional. Es un texto largo pero muy interesante: ¡disfrútalo!

Gururaj Ananda Yogi nació el 3 de marzo de 1932, en Purushottam Narsinhram, en la provincia india de Gujarat, en el seno de una acomodada familia empresaria y dedicada a la agricultura. Desde niño, mostró un conocimiento espiritual increíblemente avanzado. Con tan solo 3 años de edad, ya preguntaba constantemente sobre el significado y el objetivo de la vida, y sobre la posibilidad de conocer o sentir verdaderamente  la Divinidad.

A la tierna edad de 5 años, se escapó de casa para experimentar personalmente la comunión con lo Divino. Caminó sin rumbo de pueblo en pueblo durante cuatro meses y medio, visitó numerosos templos y conoció a muchos hombres santos. Sus padres, desesperados, finalmente lo encontraron deambulando por la calle de un pueblo, descalzo y con aspecto andrajoso. Ante las preguntas de estos, explicó que había ido a tantos templos como le había sido posible, pero señaló: “encontré a dioses sin vida  y no me hablaron”.

Entre los 5 y los 15 años, su vida transcurrió de manera bastante normal para un niño de cultura india, a excepción del intenso e irresistible deseo que sentía constantemente por experimentar una “Realidad” mucho mayor que la que le proporcionaba su limitada conciencia. Esto le impulsó a leer numerosas escrituras religiosas y libros sobre filosofía y psicología.

A medida que fue madurando, gracias al conocimiento que había adquirido a través de la lectura y a su tan desarrollada intuición se fue dando cada vez más cuenta de que lo que buscaba se hallaba en su interior y en el de todos los seres humanos. Encontró muchas maneras para nombrar a esta Realidad de dentro. Algunos la denominaban “el Reino del cielo interior”, o “la Chispa divina interior”, y otros la “Mente universal” o el “Yo verdadero”. El psicólogo occidental Carl Jung hablaba del «Supraconsciente colectivo», y algunos filósofos occidentales se referían a ello como la «Mente supraconsciente».

Cada vez que el niño leía un libro, descubría un nombre o un término nuevo. Sin embargo, todas aquellas personas que afirmaban haber experimentado esa “Realidad” interior explicaban que las palabras que se empleaban para referirse a ella no tenían gran importancia, y que era la experiencia en sí lo único y verdaderamente importante. Y el niño, que se iba haciendo mayor, deseaba fervientemente vivir esta experiencia.

Sin embargo, sabía que esta área del “Conocimiento Superconsciente” se hallaba profundamente enterrada bajo las capas de condicionamiento de la mente subconsciente. Si él consiguiera adentrarse de alguna manera en estas confusas capas del condicionamiento subconsciente, entonces el “Yo superconsciente” más profundo penetraría en su conocimiento consciente.  En esta experiencia, el niño encontraría las respuestas a todas las ansiosas preguntas de su mente consciente.

Gracias a la lectura de las escrituras y de la filosofía, y a sus encuentros con varios gurús, descubrió que la meditación era uno de los métodos clásicos para adentrarse en esa “Realidad” mayor. Pero, ¿qué tipo de meditación?, ¿cómo tenía que practicarla?, y, ¿durante cuánto tiempo?  Él no era capaz de responder a todas estas preguntas por sí solo y fue entonces cuando se dio cuenta de que necesitaba un maestro.

Sin embargo, esto le hizo plantearse otra pregunta: ¿qué maestro? Maestros que afirmaban impartir ejercicios y conocimientos espirituales había muchos en su cultura india. Él sabía que su maestro debía ser el apropiado para él, habría de poseer verdaderamente el conocimiento y la fuerza espiritual para ser capaz de guiarle paso a paso en el viaje al interior de sí mismo, hacia la experiencia consciente del Yo supraconsciente.

Tras haber decidido que la elección de un maestro adecuado era de vital importancia, volvió a escaparse de casa con 15 años. Esta vez viajó durante un año por toda la India, visitando los “ashrams” (centros de enseñanzas espirituales) y a los gurús (maestros espirituales). Mientras buscaba con persistencia a su maestro, se instruyó en numerosas técnicas de meditación y ejercicios espirituales.

Por fin, la búsqueda cesó. En un monasterio cercano a Almora, en el Himalaya, encontró al gurú que tanto había buscado: Swami Pavitrananda. Él fue quien guió a Gururaj paso a paso hacia el Yo supraconsciente a través de los velos ilusorios de la condicionada mente consciente y subconsciente.

Después de un período de dedicada e intensa preparación bajo la dirección de Pavitrananda,  llegó el momento decisivo de su desarrollo; en el que Gururaj ya estaba preparado para dar el gran salto hacia la iluminación absoluta. Gururaj manifestó que: “mis meditaciones habían sido muy intensas durante un tiempo y sabía que estaba preparado para la experiencia de Nivrikalpa Samadhi”. (Nivrikalpa Samadhi: estado de la consciencia en el que se encuentra un canal permanente y totalmente abierto entre la mente consciente y la mente supraconsciente).

Entonces, durante la tarde de un caluroso jueves, llegó la experiencia que tanto había esperado. Éstas fueron las propias palabras de Gururaj: “Pavitrananda me llamó para meditar con él tranquilamente. En su presencia, caí de forma casi inmediata en una meditación profunda y me sumergí en un estado de conciencia dichoso, mucho más allá de la esfera del tiempo y del espacio. Se trataba de un estado de libertad dichosa y eterna, de una paz inmensa pero, a su vez, llena de poder, un estado que traspasaba todos los límites y condicionamientos de mi mente”. Sabía con certeza, aunque no era capaz de describirlo: “que de hecho lo que estaba experimentando era mi Yo verdadero. Mi mente, mi cuerpo y mi personalidad eran, sin lugar a dudas, sólo reflejos y expresiones de esa naturaleza real y verdadera”.

También señaló: “cuando salí de la meditación, habían transcurrido dos horas, pero me había alejado tanto del tiempo real que, para mí, era como si hubieran pasado dos minutos. Cuando abrí los ojos todo lo que me rodeaba estaba cubierto de oro”. Tenía la absoluta certeza de que todo lo que se encontraba a su alrededor, incluido él mismo, no lo percibía como concepto mental, sino como una experiencia viva, como conductas de energía vibrante y en constante movimiento. “Lo único que sabía era que yo, al igual que todo y todos los que me rodeaban, de hecho toda la creación, formaba parte de esa misma energía dichosa e ilimitada. Era como si mi consciencia fuera la consciencia de ellos, y la suya fuera la mía. Al mismo tiempo era como si todos formáramos parte de una gran consciencia infinitamente mayor”. Y, sin embargo, Gururaj sabía que no había palabras que pudieran ni tan siquiera comenzar a describir la completa realidad de aquella experiencia. “Es algo que se tiene que vivir para saberlo”.

No obstante, el tratar de expresar con palabras nuestras realizaciones interiores forma parte, inevitablemente, del impulso creativo del ser humano. De este modo, algunas de las personas que han alcanzado plenamente este estado – como Gururaj –, y otras muchas que sólo lo han vislumbrado, han escrito profusamente sobre sus experiencias. Han elegido las palabras o los nombres que han considerado más apropiados para describirlas, pero normalmente los términos que han elegido forman parte, en cierta medida, de su herencia cultural y, en particular, de sus principios religiosos o filosóficos.

Por consiguiente, este estado de consciencia iluminada ha sido nombrado de diversas maneras. Un cristiano o un judío posiblemente hablaría de  “Realización de Dios” o de reunión con la “Fuente divina”; un budista birmano de “Nirvana”, y un budista Zen japonés de “Satori” o “Iluminación”; un filósofo occidental hablaría de “Consciencia de unidad”, y un filósofo indio de “Consciencia Brahman”; un psicólogo occidental hablaría de “Conocimiento transpersonal”. Quizás, el término más neutro que se utiliza sea “Realización del Yo”, ya que no implica ningún compromiso religioso ni filosófico en particular.

Gururaj, que ya había experimentado el estado de realización del Yo de manera plena y permanente, era capaz de percibir con toda claridad y sencillez una verdad con la que se había encontrado a menudo en los libros filosóficos. Así lo describía: “Para mí esta verdad era tan sumamente obvia, que tras haber alcanzado este estado, la manera de llegar a él tiene poca importancia, siempre y cuando el camino que la persona elija sea el adecuado para ella en particular. No importa si una persona es cristiana o judía, hindú o musulmana, budista o taoísta, estudiante de filosofía oriental u occidental”. De hecho, según Gururaj, se puede seguir un camino sin tener en cuenta ninguna de las connotaciones religiosas o espirituales habituales. Una persona puede participar en un sistema de psicología transpersonal occidental, como el de Carl Jung; o, puede ser una persona práctica sumida en las responsabilidades de la vida cotidiana, con muy poco tiempo o preocupación por las teorías religiosas, filosóficas o psicológicas. Esto es porque se trata –según Gururaj– de “una experiencia personal directa, no de creencias, filosofías o estilos de vida”.

Bajo su punto de vista, lo crucial era “mostrar una determinación sincera que sobrepasara los límites del insignificante ego –la pequeña mente condicionada–, hasta alcanzar una Realidad mayor.” Sea cual sea el camino, éste se ha de seguir con una sinceridad y un compromiso verdaderos. Gracias a su propia experiencia con Pavitrananda, para Gururaj era evidente que si existe sinceridad y un compromiso profundo, entonces un programa de apropiada meditación y autoayuda puede resultar de una utilidad inmensa e incluso incalculable.

El joven logró interpretar y comprender muchas cosas como consecuencia inmediata de su experiencia iluminadora. Pero lo más importante para él era la constante y profunda satisfacción que sentía al poseer una consciencia plenamente realizada. Sentía que no había absolutamente nada en el mundo que le pudiera proporcionar una mayor felicidad o satisfacción de la que ya tenía. Como consecuencia de ello, comenzó a tomar en consideración la idea de experimentar una vida apacible y recluida como monje en alguna cueva apartada en el Himalaya. Sin embargo, no era eso lo que le depararía el futuro.

Pavitrananda insistió en que Gururaj debía sumergirse en el mundo.  Sería propietario de una vivienda y se sumiría en la compleja, dinámica y vital civilización del mundo occidental. Conocería de forma directa – por su propia experiencia – el placer y el dolor, las alegrías y las penas, los problemas y las soluciones, la creatividad y la satisfacción de participar de lleno y de manera activa en el mundo. Así, al adquirir esta experiencia práctica, podría estar mucho más capacitado para ayudar a la gente activa de Occidente cuando comenzara a ejercer de maestro espiritual. Por este motivo,  su destino era instruir y guiar a muchas personas del mundo occidental moderno a través de programas de meditación y de autoayuda.

Por lo tanto, era necesario que se casara, formara una familia, y, viviera y trabajara en Occidente. Con el fin de prepararse para estas responsabilidades, estudió inglés y otras materias útiles, como comercio y contabilidad. Tenía poco más de 20 años cuando finalizó sus estudios y, fue entonces, cuando sintió que era el momento adecuado para irse a vivir a Occidente.

Emigró de la India a Sudáfrica. La facilidad de inmigración en este país desempeñó un papel bastante importante en su decisión. De niño, Gururaj había vivido en Sudáfrica con su padre durante tres años y, por lo tanto, ya había adquirido derechos de residencia en el país.

Allí comenzó su carrera profesional en el mundo empresarial. En la actualidad, para llegar a ser un empresario con éxito, teniendo en cuenta lo competitivo que es este sector, se requiere inevitablemente mucha dedicación, energía y creatividad. Por este motivo, se ha de tener en cuenta que la Mente supraconsciente es una fuente de energía y de intuición creativa prácticamente ilimitada. Gururaj, que ya había alcanzado el estado de realización personal, tenía un acceso amplio y continuo a este inmenso recurso interior.

Por consiguiente, poseía un nivel de energía extraordinario y una mente intuitiva altamente desarrollada. Esta intuición –una especie de “sexto sentido” creativo– le guiaría con una exactitud casi infalible en el mundo empresarial actual, a la hora de tomar a diario un gran número de decisiones prácticas. Su energía era tal que sólo necesitaba dormir 2 ó 3 horas al día. Lo que le permitía trabajar de 14 a 16 horas al día, además de cumplir con sus muchas otras responsabilidades e intereses, como veremos más adelante.

Gracias a la creatividad y energía interiores que poseía, logró de forma inevitable adquirir un gran éxito en su carrera empresarial. En un período de tiempo sorprendentemente corto, llegó a ser director de numerosas empresas en las que ofrecía varios tipos de bienes y servicios en relación con el mundo del cine, las finanzas, la contabilidad, la publicidad y la edición.

A pesar de que estaba completamente dedicado al mundo de los negocios, Gururaj siempre tuvo claro que la riqueza nunca habría de ser el objetivo principal de las actividades empresariales de una persona. Según sus propias palabras: “La riqueza no es un fin de por sí. El dinero es simplemente un recurso, tal y como cualquier otro recurso creado por el hombre. Lo importante de cualquier recurso es saber usarlo bien. La cuestión clave es: ¿empleamos nuestra riqueza personal o colectiva para ayudarnos a nosotros mismos, a nuestros amigos o familia, o a nuestra sociedad? ¿Invertimos el dinero en causas positivas y creativas? O, ¿lo destinamos al confort, placer, prestigio y poder personal, etc.? En otras palabras, ¿lo usamos para alimentar nuestro pequeño y limitado ego?

De acuerdo con este principio, Gururaj siempre destinó una suma considerable de los beneficios de sus negocios –y mucho de su tiempo – a llevar a cabo varios proyectos espirituales y comunitarios. Fue uno de los más importantes contribuidores –tanto en términos económicos como en términos de tiempo y energía dedicados– para la fundación de una sociedad cultural hindú en Ciudad del Cabo, Sudáfrica; representando uno de los mayores logros para la comunidad hindú de esta ciudad.

Los proyectos empresariales y comunitarios no acapararon todo su tiempo ni su aparentemente inagotable caudal de energía, ya que también se casó y formó una familia. Para cualquier persona que conociera bien a Gururaj resultaba bastante evidente que tenía una profunda y sincera devoción por su familia. Pese a tener una agenda extremadamente completa de actividades y responsabilidades, siempre dedicó mucho amor y tiempo al cuidado y a la educación de sus hijos. Su forma cálida e intuitiva de tratar a los niños era algo mágico de presenciar.

La capacidad de Gururaj para relacionarse con los niños revela cierto aspecto muy sensible de su personalidad. La expresión extrovertida y creativa de esta sensibilidad (combinada con el acceso pleno a la Supraconsciencia) se manifiesta en otra dimensión más de este hombre multidimensional.  Gururaj era músico y un poeta con un talento extraordinario.

Comenzó en la adolescencia y en aquella época escribió ya varias composiciones musicales en diversos estilos indios. Algunas de estas composiciones son profundamente emotivas. Una persona que practicaba la meditación y  le conoció durante muchos años declaró lo siguiente: “Escuché una composición que él escribió cuando tenía aproximadamente 15 años. Resulta difícil incluso el simple hecho de comenzar a buscar las palabras adecuadas para describirla, pero era casi como si encarnara totalmente el ansia atormentada de una consciencia finita que trata de encontrar la infinidad. Era tan intensa que me conmovió hondamente; los ojos se me empañaron de lágrimas y creo que por un momento llegué a experimentar la consciencia interior del chico de 15 años. Podía sentir exactamente esa ansia pasional de amor infinito por el Yo más profundo que le condujo a escaparse para buscar esta iluminación”.

Sin embargo, aún más que la música, Gururaj utilizó la poesía como medio expresivo de sus realizaciones interiores. Empezó a escribir poesía en su temprana adolescencia y a los 20 años ya había recibido varios premios en la India. De hecho, los críticos han comparado de un modo positivo su obra con la de Tagore.

Se ha publicado un volumen de su colección de poemas titulado: DESTELLO DE AMOR.

Con la finalidad de proporcionar al lector un ejemplo de su talento poético, se incluye a continuación uno de sus poemas, LA CALMA DE LA ETERNIDAD. Este poema –al igual que toda su poesía- se escribió de un modo rápido y espontáneo, según parece iba fluyendo directamente del Yo Supraconsciente al papel, evadiendo completamente la inteligencia analítica de la mente consciente.

Pájaros alados del tiempo vuelan a lo alto.

Van volando hacia el sol naciente y regresan al anochecer:

un largo viaje que parece volver al punto de salida –

Pájaros alados, criaturas del tiempo, vuelan a lo alto.

Yo, que estoy, en calma para siempre, no conozco

ningún principio de viaje, ni final ni trayectoria.

Vuestras indefensas alas, midiendo el cielo,

veloces y lentas, lentas y veloces,

sonriendo a la preciada y lenta tierra sin alas:

envueltos con niebla o suciedad, con movimientos limitados.

Yo, que estoy, en calma para siempre, no conozco

ninguna medida, movimiento o actividad de perdición…

Desconcertados vosotros con vuestras alas, también los que carecen de alas –

Encadenados con los surcos de los movimientos del aire y de la tierra,

sacudidos y girados y echados a las llamas aparentemente tan nuevos:

para volar a lo alto, andar con lentitud, a través de muchas vidas y nacimientos.

Yo, que estoy, en calma para siempre, no conozco

aire, tierra, vida o nacimiento, todavía siempre nuevo.

Normalmente, el hecho de ser poeta, músico, empresario con éxito, líder de una comunidad, y al mismo tiempo, un hombre consagrado a su familia constituiría una vida completa; para cumplir las órdenes de Pavitrananda sin duda alguna “él mismo debía sumergirse de lleno en el mundo”. Aunque debe recordarse que las instrucciones que le dio Pavitrananda tenían un propósito.

Su activa participación en el mundo occidental debía prepararle bien para el momento en el que él, como Maestro Espiritual, ayudaría a guiar a otras personas occidentales activas hacia la realización personal. Por este motivo, según las propias palabras de Gururaj: “todos aquellos años desde que tuve el encuentro con Pavitrananda, han permanecido en el fondo de mi mente”.

A lo largo de los años, Gururaj cada vez se iba sintiendo más impresionado por la elemental importancia que tenía la meditación como medio para ir adquiriendo el acceso al Yo Supraconsciente. También llegó a quedar claro el hecho de que cada persona es un individuo único. Por lo tanto, la práctica de la meditación que se enseña a cada persona, debe ser la apropiada para ella como individuo para que resulte completamente eficaz. Debe adecuarse totalmente al estilo de vida de cada individuo, mejorando cada aspecto de su vida, su trabajo, su matrimonio, sus relaciones personales, etc., en el camino que uno haya elegido.

De este modo, durante años, Gururaj continuó leyendo mucho sobre temas espirituales, filosóficos y psicológicos, y estudiando y practicando muchas formas de meditación. Aún más importante, continuó ejercitando el poder de su percepción intuitiva interior. Gracias al uso de estas herramientas de conocimiento, experiencia e intuición, comenzó poco a poco a enseñar la meditación, poniendo siempre énfasis en la importancia de aplicar las técnicas apropiadas para la persona adecuada. De esta manera, desarrolló un método de selección de ejercicios de meditación que podría satisfacer las necesidades mentales, físicas, emocionales y espirituales únicas de cada persona.

A lo largo de los años, Gururaj ha realizado personalmente una selección de ejercicios de meditación a nivel particular para miles de personas de diversas razas, religiones y culturas. Entre las cuales se incluyen: cristianos, judíos, hindúes, musulmanes, budistas, y muchas personas que carecen de ideologías religiosas. Al haber observado que las personas progresaban con bastante rapidez, cada vez se iba sintiendo más impresionado por la eficacia que tenían estas prácticas como herramientas de ayuda para que la gente cumpliera con el propósito de su búsqueda individual para la realización personal.

En 1975 Gururaj finalizó la fase empresarial de su vida. Continuó viviendo en Ciudad del Cabo con su familia, y se consagró plenamente a servir a la humanidad. Por tanto, el resto de su vida estuvo dedicado a ayudar a la gente de todo el mundo en su búsqueda espiritual para la realización personal.

Con esta finalidad, Gururaj, junto con otras personas de varios países que compartían ideas afines, fue creador de IFSU (International Foundation for Spiritual Unfoldment según sus siglas en inglés) en otoño de 1975. En tan sólo un año, personas de nueve países diferentes establecieron sucursales nacionales de IFSU para ayudar a todas las personas que lo deseasen a poder acceder fácilmente a los ejercicios de meditación.

Existe una cuestión importante en relación con Gururaj y su vida y su trabajo que debe aclararse muy bien. Según Gururaj “el propósito del gurú externo es ayudar a despertar el gurú interno dentro de cada persona. Por lo tanto, mi trabajo consiste en guiar a las personas para que aprendan cómo experimentar su propio guía interior, con el fin de despertarles hacia un conocimiento de su propio gran “yo”. Una vez logrado este objetivo, ya no necesitan que yo les guíe, ya que nace un gurú dentro de cada persona”.

Por tanto, Gururaj quería que todos supieran que él era un ser humano normal y corriente, diferente de la mayor parte de las personas sólo por el hecho de que había recorrido el camino espiritual hasta lograr el objetivo que la gran mayoría de las personas está todavía esforzándose por alcanzar – de modo que esto le capacitó para ejercer de guía. En repetidas ocasiones ha dicho que lo que él ha logrado en su búsqueda espiritual, también lo pueden lograr el resto de los seres humanos.

De acuerdo con esta aclaración, insistió en ser tratado como una persona normal y corriente que no merece ningún tipo de halago ni veneración más que la dignidad que toda persona merece, y que IFSU de ninguna manera debía entenderse como “un culto al gurú”. El principal interés de Gururaj era ver a IFSU convertirse en una asociación mundial de personas que se encuentran en el camino de la satisfacción y la realización personal.

Esto se llevó a cabo con las sucursales que se crearon en varios países del mundo, incluyendo el Reino Unido, Los Estados Unidos de América, Dinamarca, España, Alemania, Israel y Sudáfrica.

Gururaj comenzó a pasar hasta nueve meses fuera de casa ofreciendo Satsangs (charlas), entrevistas, consultas y cursos residenciales en público para que sus meditadores profundizasen su experiencia en el mundo de la meditación.

Fue un ponente destacado en los siguientes simposios y conferencias públicas:

Charlas

Universidad del Sur de Illinois, Edwardsville (Southern Illinois University, Edwardsville).

Universidad de Washington, San Luis (Washington University, St. Louis).

Universidad de Loyola, Chicago (Loyola University, Chicago).

Sociedad Teosófica: Boston, Londres, Copenhague, Ciudad del Cabo (Sudáfrica). (Theosophical Society: Boston, London, Copenhagen, Capetown -South Africa-).

Sociedad Vedanta: Sudáfrica, Inglaterra (Vedanta Society: South Africa, England).

Cárcel de hombres de Lorton, Virginia (Lorton Men’s Prison, Virginia).

Centro Pastoral de Asesoramiento de Cincinati, Ohio (Pastoral Counselling Centre of Greater Cincinnati, Ohio).

Universidad de Calgary, Calgary, Canadá (University of Calgary, Calgary, Canada).

Universidad de la Columbia Británica, B.C., Canadá (University of British Columbia, B.C., Canada).

Instituto Max Mueller, Nueva Delhi, India (Max Mueller Institute, New Delhi, India).

Universidad de Benares, Benares, India (Benares University, Benares, India).

Club de los Leones, Barcelona, España (Lions Club, Barcelona, Spain).

Club Rotario, Sudáfrica (Rotary Club, South Africa).

Simposios:

Parlamento Mundial de Religiones, Chicago, 1984 (World Parliament of Religions, Chicago, 1984).

Simposio de la Fundación de Wrekin, «Místicos y Científicos,» como invitado especial de Sir George Trevelyn, King Alfred’s College, Inglaterra, 1979. (The Wrekin Trust Symposium, «Mystics and Scientists», special guest of Sir George Trevelyn, King Alfred’s College, England, 1979).

Simposio de la Salud Holística Universidad de Nevada, Las Vegas, 1978 (Holistic Health Symposium University of Nevada, Las Vegas, 1978).

Simposio de la Neuropsiquiatría Internacional, Sudáfrica, 1982 (International Neuropsychiatry Symposia, South Africa, 1982).

Encuentro Anual de la Asociación para la Psicología Humanística, Washington, D.C. 1982 (Annual Meeting of Association for Humanistic Psychology, Washington, D.C. 1982).

Cumbre de la Paz de Líderes Empresarios Internacionales, Boston, Mass. 1982 (International Business Leaders Peace Con¬ference, Boston, Mass. 1982).ç

Conferencias semestrales:

Sociedad Española de Meditación

Sociedad Danesa de Meditación (Dansk Meditation Samfond)

Sociedad Británica de Meditación (British Meditation Society)

Sociedad Norteamericana de Meditación (American Meditation Society)

Sociedad Canadiense de Meditación (Canadian Meditation Society)

Sociedad Irlandesa de Meditación (Irish Meditation Society)

Entrevistas para los medios de comunicación:

Sunday Telegraph, Londres, 10 de abril de 1983.

Yoga Today, Reino Unido, 1984.

Serie “Civilizaciones” con Enrique Quesad, Madrid, España

Page 5 TV 5, Las Vegas, Nevada.

Today in Chicago, CBS TV, Chicago.

Focal Point, KTIV TV, Sioux City, Iowa.

Party Line, NBC TV, Sioux Falls, S.D

Midday Am, NBC TV, St Louis.

At Your Service, KMOX, CBS Radio, St Louis.

Mac & Friends, KWIT Radio, Sioux City, Iowa.

A continuación se mencionan algunos de los diversos temas sobre los que él habló:

La naturaleza del miedo y de la ira; Cómo controlar los pensamientos negativos.

Hacia una nueva perspectiva de la vida: Tranquilidad interior.

El estrés y las enfermedades cardiovasculares.

La  psicología del descubrimiento de la consciencia.

El temor a la muerte, el mecanismo de la muerte física… ¿qué es lo que sobrevive a la muerte física?

Meditación y psicoterapia: Un enfoque combinado.

Las barreras que nos impiden experimentar el amor.

Las técnicas de relajación y el control del estrés.

¿Qué es el descubrimiento interior y por qué el camino hacia él no es llano?

El mecanismo de curación: una terapia no farmacológica.

La Meditación: Un viaje más allá de la mente.

¿Por qué la naturaleza es aparentemente tan cruel? La humildad y el sufrimiento.

La oración y el Yo desde una perspectiva positiva

Meditación: la base psicológica, uso preventivo y clínico.

Enfermedades: mentales, físicas, y espirituales… ¿cómo deben aceptarse?

A pesar de que su salud comenzó a deteriorarse y su diabetes empeoró, su increíble energía y determinación para atender a sus chelas (alumnos) nunca se vio interrumpida.

Durante este período, su familia, que vivía en Ciudad del Cabo tuvo que sacrificarse enormemente y resignarse a verle cada vez con menos frecuencia. Cada día aumentaba más y más la demanda de sus enseñanzas y de su presencia física. Sus enseñanzas llegaron a consolidarse firmemente en varios países, y aunque no existen cifras determinadas, se estima que alrededor de 100.000 personas de todo el mundo practicaban los ejercicios que Gururaj recomendaba personalmente.

Durante los últimos años de la década de los setenta se pudo observar la gran expansión de la organización en todo el mundo.

Gururaj continuó entregando amor y energía a sus alumnos. Sin embargo, en 1980 ocurrieron una serie de acontecimientos extraños, los cuales cambiaron el perfil de la organización y provocaron que las enseñanzas se impartieran de un modo diferente.

Los gurús son personas poco comunes. Su sencillez Divina puede resultar una cuestión compleja para los meditadores comunes o las personas corrientes. Esto es porque los gurús actúan a un nivel completamente diferente a ellos, parten de una base que se encuentra muy por encima de la comprensión humana.

La gran fuerza que es la esencia del Maestro Espiritual actúa como un espejo y refleja nuestra propia imagen.

El proceso del descubrimiento Espiritual personal requiere una introspección, lo cual hasta cierto punto resulta contradictorio. No siempre apreciamos cuán purificante puede llegar a ser este proceso. Si no nos sentimos sinceramente establecidos en el Camino Espiritual, entonces, el proceso de descubrimiento se vuelve más difícil.

En este momento, los meditadores que encontraron difícil este proceso decidieron abandonarlo en masa. Ellos fueron personas clave en varios países del mundo.

Nació otra etapa o era en la formulación de las enseñanzas.

Las enseñanzas impartidas por Gururaj en los primeros años, son una fuente completa de información sobre miles de temas y ensalzan una espiritualidad profunda de pura consciencia.

En los años siguientes se observó un cambio radical en las enseñanzas, pero éstas no cambiaron en esencia, sino en el modo de impartirse y presentarse.

Gururaj nunca fue un Gurú ensalzado y fue siempre una persona accesible, pero en los años siguientes se acercó más a sus chelas a nivel personal. A pesar de que su salud se iba debilitando, continuó viajando mes tras mes.

La efusión de amor que se transmitía durante la meditación era inmensa, poderosa y hacía que el corazón se conmoviera. Esto combinado con los ejercicios personales de meditación que realiza cada persona, y el conocimiento y sabiduría que se impartía a través de las enseñanzas, rompió sin embargo todas las barreras del corazón y la persona era capaz sentir ese desborde de sensaciones, ya que todo este proceso iba encendiendo el alma.

Las enseñanzas que Gururaj impartió en esta época provocaron un gran acercamiento por parte de muchas personas hacia su maestro. Estos hechos hicieron de catalizadores. Algunos predijeron que Gururaj, o bien ascendería hasta llegar a convertirse en el gran Avatar, o bien desaparecería en el olvido.

Incluso muchos meditadores hicieron una distinción entre el hombre y la enseñanza que recibían, pero, por supuesto, este modo de pensar representa más una reflexión sobre el nivel de descubrimiento y entendimiento de una persona. Aquellos que habían encontrado la unidad dentro de sí mismos nunca se plantearon esta cuestión.

Gururaj continuó viajando con mucha frecuencia. En aquel entonces no eran tantas las personas que asistían a los cursos. Ya no había 500 personas en los cursos residenciales; había entre 30 y 120, pero con una representación totalmente diferente.

Un Maestro verdadero no se preocupa de los vaivenes las personas. Él da todo lo que da con absoluta totalidad y sin esperar nada a cambio. La gente recibe lo que necesita y dispone de libre voluntad para quedarse o irse según lo desee. Este hecho refleja la capacidad que tiene cada persona para entender completamente la forma de trabajar de un Maestro Espiritual – ¡capacidad que tan pocos poseen!

El gran cambio en las enseñanzas se enfocó hacia la creación de una relación entre él y sus alumnos cuando Gururaj estaba por allí. El hecho de encontrarnos muy cercanos a nuestro Gurú representa a menudo una experiencia estimulante.

Según se ha mencionado previamente, el maestro actúa como un espejo que refleja nuestra propia imagen. Este mismo proceso representa una parte esencial en la meditación que se recomienda personalmente, algo que había hecho famoso a Gururaj. No obstante, este proceso se ve intensificado por el Gurú, que es quien incrementa la intensidad en varios tantos por ciento.

Éste representa el mayor don del Gurú. ¿Qué otra persona del mundo sería capaz de darnos un informe honesto, completo y con todo lujo de detalles sobre nosotros mismos?

Este proceso se intensificó para todos los chelas, aunque fue esto lo que les empujó hacia adelante a un ritmo acelerado.

Este proceso continuó durante varios años. Las distintas sucursales de IFSU se expandieron de un modo lento y constructivo.

La salud de Gururaj y su capacidad para continuar con los largos viajes en el extranjero se convirtieron en un desafío constante tanto para él, como para aquellos que se encargaban de cuidarle.

¡Nunca supimos cuándo dejaría de viajar!  Muchas veces uno se sentía triste al verle padecer un constante dolor, molestias y un intenso cansancio. ¿Debería continuar viajando? Él sabía que Sudáfrica estaba lejos de donde estaban la mayoría de sus meditadores, tanto por la distancia como por las posibilidades económicas.

Él continuaría viajando por el amor y la devoción que sentía hacia sus chelas.  Solía referirse a su chelas como sus niños y se preocupaba por ellos como si lo fueran. ¿No sacrificaría un padre su salud por estar con sus niños?  Gururaj nunca se planteó esta pregunta.

Los padres se sienten responsables hacia sus niños, sin embargo, la relación entre el Gurú y el chela es más parecida a la de una experiencia amorosa en un nivel puro  – más allá de lo físico. En este tipo de relación, que va más allá de lo físico, los corazones se unen en total armonía.

Esta experiencia le proporcionaba al chela una sensación indescriptible –  de éxtasis; el hecho de sentirse totalmente amado suponía un privilegio que muchos no serían capaces de experimentar, ni incluso en la relación más íntima.

Para el chela fiel, esto representaba una experiencia de “Amor Divino”, más allá de los libros de texto, más allá de las suposiciones, y más allá del análisis mental.

Esta experiencia nos elevaría más allá de cualquier experiencia terrenal bien sea física o mental.  Resulta difícil expresarla por escrito, ya que los adjetivos no reflejan completamente ni traducen estos sentimientos a la perfección.

Aquellos chelas que se encontraban muy cercanos al Gurú se sentían verdaderamente dichosos ante esta oportunidad.  Esta realización nació para los muchos que sentíamos al Avatar aquí, en persona, ante nosotros. ¡Sentíamos una gran satisfacción!  Qué dichosos éramos por haber llegado a sentir esta experiencia.  Nos sentíamos como los Discípulos de Cristo en los tiempos modernos.

Las enseñanzas de Gururaj son capaces de cambiar el mundo. Si se comparan con las antiguas escrituras: la Biblia, el Bhagavad-Gita, y el Corán, las enseñanzas llegan hasta un nivel más elevado, al que las antiguas escrituras no lograron llegar.  Estas grandes obras del pasado llevarían a un aspirante hasta el nivel del Sattva o de la Luz, aunque ahí es donde finalizan. Las enseñanzas de Gururaj llegan más allá, y proporcionan instrucciones claras sobre cómo sobrepasar el centro de uno mismo y llegar más allá de la infinidad.

Gururaj, tras haber traído su enseñanza al mundo se prepararía ahora para su partida.

Gururaj reiteró a menudo que, aparte de haber traído sus enseñanzas al mundo, debía encontrar a alguien que pudiera continuar su trabajo con una pureza y una realización plenas.

Igual que un sistema solar completo, Gururaj actuó como si fuera el sol o la fuente de energía y sus chelas más cercanos como si fueran los planetas giratorios, algunos más cercanos a esa fuente y otros a una distancia oportuna.

Anteriormente indicamos que la relación entre el Gurú y el Chela es como una experiencia amorosa.  Esta relación florece en el corazón y se intensifica con el descubrimiento del corazón y de la mente, a través del propio Descubrimiento Espiritual personal de cada uno.

Cuando uno es capaz de amar plenamente, esas expresiones no pueden separarse o dividirse por sí mismas en medidas desiguales. Esta expresión por lo tanto emana de cada persona u objeto por igual. Asimismo, cada uno de los chelas del Gurú recibe amor en igual medida. El Amor es Amor y el amor verdadero encuentra su expresión de un modo equitativo. Si el amor se concentrase más en uno que en el otro, entonces no sería amor Espiritual puro.

La noche del 31 de agosto de 1986,  Gururaj realizó una llamada telefónica desde Ciudad del Cabo en Sudáfrica, donde él vivía, a Rajesh, uno de sus profesores ingleses y le dijo que él iba a ser su “Heredero Espiritual”. A Rajesh no le sorprendió la noticia totalmente, puesto que ya había sospechado que esto podría ocurrir, aunque, sin embargo, se emocionó muchísimo al escuchar que esta confirmación venía directamente de los labios de su Gurú.

Gururaj le dijo a Rajesh y a Jasmini que necesitaba prepararles y hacerles pasar por varias experiencias y ejercicios de preparación para cuando llegara el momento de la sucesión, sin embargo, durante esta etapa él no quería que nadie lo supiera y no se lo iba a contar a nadie.

Gururaj tenía que visitar el Reino Unido varios meses después, en octubre, con el fin de impartir los cursos residenciales en Inglaterra y en los Estados Unidos y sería entonces cuando discutiría estas cuestiones con él.

Estos meses transcurrieron y Gururaj regresó a Inglaterra. Allí repitió lo que había dicho algunos meses antes. Dijo que su tiempo era ahora limitado y que tenía que preparar tanto a Rajesh como a Jasmini para que continuaran su trabajo.

Gururaj se propuso llevarse a los dos y hacerles pasar por varias experiencias, pero fuera de su hogar, que era el Reino Unido. La isla de Chipre se sugirió como posible destino para la siguiente Marcha, antes de los habituales cursos residenciales de primavera.

Rajesh trabajaba como agente de viajes, así que comenzó a realizar los preparativos. En los siguientes meses, la noticia del viaje a Chipre se extendió y se empezó a invitar a otras personas, pero el motivo original sólo lo conocía otra mujer que practicaba la meditación en los Estados Unidos.

A Rajesh y a Jasmini no les preocupaban las invitaciones porque sabían que Gururaj realizaría sus propósitos sin reparar en aquellos que estuvieran presentes o ausentes.

Más de veinte personas terminaron realizando el viaje a Chipre en marzo de 1987, la mayoría de ellas eran líderes nacionales de las sucursales que Gururaj tenía en varios países.

Este viaje conllevaría muchas experiencias nuevas para Rajesh y Jasmini, y para todos los que estuvieran presentes.

Transcurrieron los meses y pronto llegó marzo. Todos los preparativos estaban hechos y el grupo voló de Londres a Larnaca, en Chipre, y se dirigieron a Limasol, un pueblo de veraneo en el sur, frecuentado por turistas de otros países. Allí, el grupo se alojó en unos amplios apartamentos en primera línea de la playa.

Como era de esperar, iban a haber conflictos en el grupo. Estos comenzaron literalmente cuando todos habían llegado. De un modo extraño, Gururaj apoyó este hecho como algo positivo para intentar limar todas las asperezas que existían entre el grupo.  A pesar de su espiritualidad hacia el descubrimiento, muchos estaban todavía dominados por su propio ego.

Esto es justo lo que uno imaginaría de los discípulos de Jesús, una gran devoción hacia su Maestro pero, a menudo indiferencia entre unos y otros; unidos por el amor pero separados por el propio ego. La experiencia en Chipre representó una prolongación indudable de “La Última Cena”.

El grupo tenía con frecuencia apartados a Rajesh y a Jasmini; comían y se olvidaban de dejarles algo de comida, mostraban indiferencia ante sus deseos y les hacían sentir como desconocidos. Esta experiencia hizo eco de un profundo mensaje para Rajesh y Jasmini y fue parte de la “austera experiencia” que Gururaj les había prometido cuando llamó por teléfono el agosto anterior.

Ocurrió algo muy extraordinario la noche del 23 de febrero de 1987. La luz de una supernova (estrella que explota) que había explotado hacía 170.000 años, llegó a la tierra como la primera estrella visible que explotaba desde 1604.

Simbólicamente, esto representaba la finalización de la misión de Gururaj y el comienzo de la de Rajesh y Jasmini.

A continuación, asistieron a un curso residencial en España, Inglaterra y Canadá.  Esto era, de hecho, mucho tiempo fuera de casa para Gururaj, su salud se estaba deteriorando y su capacidad para caminar cualquier distancia se volvió casi inexistente.

El año transcurrió rápidamente y Gururaj, al comenzar el invierno, volvió para los cursos que tenían lugar en Inglaterra y en los Estados Unidos. Su salud continuó deteriorándose durante este período y muchos de nosotros sabíamos que no permanecería en el plano físico por mucho más tiempo.

Las experiencias de Rajesh se intensificaron, pero sentía que su corazón estaba desgarrado –un desgarro increíble. Sabía que se le estaba preparando, aunque esta preparación significaba que su querido Gurú abandonaría el plano físico y que pronto llegaría el momento de la despedida. Por mucho que deseaba alcanzar el éxito, lograr su misión, que ya estaba descubriendo, todo ello significaba que su vida iría cambiando en todos los sentidos, y sabía que la partida física de su Gurú sería una experiencia dolorosa y Rajesh y Jasmini no eran conscientes de cuán dolorosa iba a ser.                       .

Gururaj voló a Inglaterra y, después a Canadá para los cursos residenciales.

Su curso en Inglaterra fue de carácter definitivo. A pesar de que la sabiduría profunda estaba obviamente allí todavía, su aplicación no era posible. Se divertía estando con sus chelas y sólo quería cantar, jugar y hacer vida social.

Durante aquella semana Rajesh y Jasmini durmieron quizás dos horas al día como máximo.  Las energías eran tan poderosas que les mantuvieron despiertos. Una noche anterior a la práctica de la “comunión”, en la que Gururaj entró en Nivrikalpa Samadhi en frente de sus chelas, se bañó y llamó a  Rajesh para que le ayudara. Le pidió que le lavara. Rajesh sabía que los papeles estaban ahora invertidos; Rajesh se había convertido en el padre o maestro y  Gururaj, en el chela o niño.

Durante la última mañana del curso, era de esperar que Gururaj diera el Satsang (conversación) con normalidad y finalizase su despedida con algunos comentarios sólidos y profundos. Sin embargo, en esta ocasión no iba a aparecer.

Llamó a Rajesh para que fuera a su habitación esa mañana y le dijo que él debía dar el  Satsang. Rajesh le preguntó a Gururaj “¿estás seguro?”  Gururaj le aseguró que estaba haciendo lo correcto.

Rajesh habló durante sólo 30 minutos reiterando en los beneficios del curso y en la importancia de practicar  la meditación con regularidad.

Gururaj no iba a despedirse de sus chelas aquel día. Esto era sin duda algo simbólico, ya que él siempre estaría con ellos en espíritu y cada vez que ellos fueran a pensar en él o le fueran a llamar, estaría con ellos.

Durante el viaje de vuelta a casa, cuando venían del lugar de reunión, Rajesh preguntó a Gururaj en el coche por qué le había pedido que diera el Satsang. Gururaj le replicó: “Quería iniciarte – ya llegó tu hora”.

Gururaj pasó en Londres el fin de semana antes de viajar a Canadá. Fue en ese momento cuando discutió con Rajesh y Jasmini acerca del futuro de sus enseñanzas. Permanecieron despiertos toda la noche y grabaron en una cinta estos importantes momentos.

Gururaj añadió un sobrenombre al nombre espiritual de Rajesh – “Ananda”. Le volvió a decir, como ya lo había hecho en agosto de 1986, que debía continuar con su trabajo y le pidió que cuidase a sus niños.

Estaba previsto que Gururaj volviese de Canadá para quedarse allí una noche, antes de regresar a su casa en Ciudad del Cabo.

Cuando llegó de nuevo a Londres, la conversación de aquel fin de semana fue un poco tensa, había un ambiente que inspiraba el final de algo; como si ya todo hubiera sido realizado ya y no hubiera nada más que decir. En realidad eso era cierto.

La noticia de la muerte física de Gururaj el lunes, 17 de mayo de 1988 se extendió rápidamente por todo el mundo.

Por muy preparados que estemos para la muerte, la noticia de la partida de un ser querido resulta siempre dura cuando un vínculo físico se rompe. Gururaj sufrió un gran ataque al corazón en el comedor de su casa. Su devota mujer, Lata, estuvo allí a su lado. Debido a la cultura local, Gururaj fue incinerado esa misma noche en la ciudad en la que residía: Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Lamentablemente, ninguno se sus meditadores de otros países estaba presente.

Se convocó una reunión entre los líderes de las delegaciones para analizar el futuro de la organización.

Rajesh y Jasmini crearon una nueva organización a la que llamaron FISU, según sus siglas en inglés. Este nombre representaba una ligera variación de las siglas originales en inglés de IFSU. Gururaj había traído sus enseñanzas al mundo y había establecido las bases de las mismas.  Ellos constituyen ejemplos vivos de que lo que Gururaj enseñaba se puede lograr en esta vida y crearon FISU – Fundación Internacional para el Descubrimiento Espiritual – FIDE, según sus siglas en español. Gururaj Ananda Yogi, conocido como uno de los mejores Maestros Espirituales del siglo XX, trajo al mundo sus enseñanzas sobre la verdad, el amor y la esperanza, logrando que los padres de familia tengan una vida mejor y más plena. Hoy en día, estas enseñanzas continúan vivas gracias a la dirección espiritual de Rajesh Ananda y Jasmini Ananda.

!El fin!

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