¿De dónde vienen nuestros samskaras (impresiones de la mente) y por qué tienen tanto poder sobre nosotros?
Llamamos samskaras a las impresiones almacenadas en nuestra mente. Podemos considerar que son semillas que se han alojado allí, como resultado de las huellas que nos han dejado las experiencias vividas.
Samskaras y karma son las dos caras de la misma moneda, en realidad, el reflejo de los samskaras es nuestro karma, por eso debemos refinar nuestros samskaras porque así refinaremos también nuestro karma.
Karma significa acción, pero debemos entender que no sólo los actos son acciones, el proceso de pensamiento también lo es.
¿Cómo recibimos esas impresiones en un primer momento?
Es un proceso muy simple. Se nos han dado nuestros cinco sentidos, gracias a los cuales la mente recibe la información del exterior, para que podamos sobrevivir. El sentido de preservación forma parte de todo lo manifestado, tanto en el reino mineral como en el vegetal y el animal, de hecho, lo podemos encontrar incluso a nivel molecular (la ciencia ha descubierto que alrededor del núcleo molecular hay una fina membrana capaz de percibir su entorno y enviar esa información al núcleo para que éste pueda adaptarse a él).
Dicho sentido de preservación es muy importante pues sin él no estaríamos aquí, no podríamos haber hecho ese largo viaje partiendo de África y a lo largo del tiempo, por todo el planeta. Pero en el caso del ser humano ese sentido de preservación se ha hecho más evidente porque se ha convertido en nuestro ego, y aunque el ego es necesario pues es nuestro vehículo para el desarrollo y nos sirve de plataforma para evolucionar, cuando cree que es él quien se manifiesta, empiezan nuestros problemas.
Así pues, los seres humanos recibimos y almacenamos mucha información del exterior, y en cada proceso de pensamiento nuestra mente crea un patrón (si nos comemos un pastel de fresa vamos a crear un esquema en nuestra mente de su textura, sabor, etc.). Y además a cada información recibida nuestra mente le asocia emociones convirtiéndonos de esta manera en seres condicionados.
A lo largo de muchas vidas hemos ido almacenando impresiones (samskaras) en nuestra mente, y esto nos ha condicionado cada vez más hasta llegar a perder la luz del supraconsciente, pues hemos añadido capas y capas hacia el consciente. No debemos culparnos por ello, pues, aunque somos responsables de estos condicionamientos, en el momento en que los adquirimos ni éramos conscientes, ni sabíamos hacerlo mejor. Además, tampoco debemos olvidar que estas capas son necesarias pues sirven como plataforma para nuestra próxima etapa del viaje; no obstante, tenemos que ir más allá.
El ego es lo que nos aporta nuestras creencias, cómo nos vemos, como nos vemos ante los demás… Pero en realidad no somos como creemos ser; nuestros pensamientos están dominados por nuestra identidad. Es algo que vemos día a día en la gente; uno podría pensar de sí mismo que es muy buena persona cuando de hecho está teniendo muchos pensamientos negativos respecto a otra. Y esto nos sucede cuando el ego está ligado a esa identidad y pierde la conexión con el supraconsciente.
El cerebro está compuesto por dos hemisferios, el derecho y el izquierdo. El hombre, hoy en día, está dominado por el hemisferio izquierdo, pero cuando meditamos con regularidad despertamos el hemisferio derecho, que es el que está más ligado a la espiritualidad, y vamos refinando los samskaras. Como los samskaras son parte del ego, al refinar los samskaras refinamos también el ego, y entonces vemos realmente quiénes somos, cómo somos… y no lo que creíamos ser.
Meditando refinamos los samskaras
Al meditar descendemos desde la mente consciente, atravesando el subconsciente que es donde residen los samskaras, hasta llegar al nivel más profundo, nuestra mente supraconsciente. De esta manera, atraemos la energía que allí reside y la llevamos hacia la mente consciente, y lo que sucede cuando introducimos una energía sutil en una energía más densa, es que la energía más densa es expulsada. Si meditamos regularmente atraemos esa energía de forma continuada y esto nos permite corregir nuestros problemas o desequilibrios. Gracias a este proceso vamos adquiriendo un grado mayor de consciencia.
Los samskaras pueden residir en niveles muy profundos de la mente, como si fuesen las raíces de un árbol, y aunque después de un tiempo meditando tal vez creamos que ya hemos limpiado algunos de ellos, las capas más profundas pueden seguir saliendo en otras etapas de nuestra vida.
Como meditadores no debemos preocuparnos por estos grandes samskaras, porque si meditamos regularmente el proceso de refinamiento se producirá de forma muy gradual y sutil, y éstos sólo se presentarán cuando estemos preparados y tengamos la fuerza interior para afrontarlos (al igual que no se le da una bolsa muy pesada a un niño que no está preparado para portarla).
A veces podemos llegar a un desequilibrio por pensar que tenemos más cosas de las que podemos llevar hacia delante, pero en realidad es nuestra mente la que nos hace creer que esas dificultades que estamos experimentados son mucho mayores de lo que realmente son. Y aunque en algún momento sabremos que tenemos que enfrentarnos a esos samskaras, también sabremos y confiaremos en que tenemos la fuerza suficiente para hacerlo. Por lo tanto, no hemos de preocuparnos por el futuro, más bien ocupémonos del día a día ya que el futuro dependerá de lo que hagamos hoy.
Afrontando los problemas atraemos la ayuda de la Divinidad
No culpemos a los demás o a determinados agentes externos de nuestros problemas; el problema es nuestro y somos nosotros los que tenemos que afrontarlo. Nuestra intención ha de ser la de querer solucionarlo. Hemos de saber que no hay absolutamente nada que no podamos superar. Con un poco de esfuerzo y meditando regularmente podremos vencer cualquier obstáculo que hallemos en el camino por grande que sea.
Es muy importante recordar que si nos esforzamos poniendo de nuestra parte para resolver un problema, inmediatamente atraeremos la ayuda de la Divinidad. Ésta nos proporcionará la fuerza que necesitemos. De hecho, por cada diez por ciento que pongamos de nuestra parte recibiremos un noventa por ciento en todo lo que hagamos, simplemente por dar un paso adelante y hacer ese esfuerzo.
No debemos olvidar que cualquier problema que tengamos está ahí para enseñarnos algo; hay una razón para cada cosa que nos sucede y debemos encontrarla. Lo que pasa es que cuando nos estresamos debido a algún problema, se produce una mayor actividad mental apareciendo una voz incesante en nuestra cabeza, y perdemos la noción de la dimensión real de dicho problema. Los meditadores tenemos prácticas para observar esa actividad de la mente sin implicarnos y para hacer que desaparezca. La práctica del gurushakti, al conectar desde el nivel consciente de la mente directamente con el supraconsciente, nos permite estar en esa línea y darnos el apoyo que necesitamos.
No podemos meditar 24 horas al día, no somos monjes del Himalaya, pero aun en medio de todas las responsabilidades diarias podemos encontrar esa paz del Himalaya en nuestro interior, y va a ser mucho más poderosa porque habremos sido capaces de encontrarla en un momento difícil.
Hay retiros de meditación en los que la gente está sin hablar durante tres semanas. Para algunas personas que no mediten este tipo de retiro puede resultar beneficioso, pero sus efectos no van a durar mucho, tres semanas no es suficiente. Meditar durante un periodo prolongado de tiempo (muchos años) produce cambios en las estructuras mentales de una persona, esto es algo que se puede comprobar científicamente, pero no meditar durante tres semanas.
¿Estamos definidos por nuestros samskaras?
Al principio sí, los samskaras son importantes y nos definen en un primer momento, pero a medida que evolucionamos esto cambia y tenemos el poder de redefinirnos a nosotros mismos, lo cual es muy hermoso y es, además, lo que queremos. Gracias a nuestro Descubrimiento Espiritual tomamos las riendas de nuestras vidas y de nuestro destino, y refinamos nuestro ego hasta tal punto que la luz pueda brillar a su través, como un trozo de goma que hemos estirado tanto que se ha hecho translúcido.
Pero hemos de saber que no podemos prescindir de él; es lo que nos mantiene vivos. Aunque en algunos libros se habla de aniquilar el ego, eso es imposible, lo que sí podemos hacer es refinarlo hasta que la luz de nuestro supraconsciente lo pueda atravesar e inundar.
Cuando meditamos con regularidad empezamos a brillar, y recordad que, cuando brillamos emanamos esa luz hacia las personas de nuestro alrededor, amigos, familiares… No hay que esforzarse para que esto suceda, va a ocurrir de forma espontánea. Es ahí adonde queremos llegar, a estar en contacto con nuestro supraconsciente para brillar desde él, no sólo en nuestra mente sino también hacia afuera, hacia los demás.
A eso se refería Jesús cuando dijo: “Deja que tu luz brille ante los hombres”, lo que significa que nos refinemos de tal manera que la luz pueda brillar desde nosotros y alcanzar a los demás. En realidad, sólo hay unos pocos samskaras que nos separan de la Divinidad, estamos mucho más cerca de Dios de lo que podemos imaginar.
…………….Rajesh Ananda
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